Familia Morais

TIEMPO DE CAMBIO
Estamos viviendo la era de la globalización. Es un tiempo de cambios radicales en todos los aspectos. Las distancias están cada vez más cortas. Las comunicaciones han avanzado tanto que una notícia en un otro continente llega a otro en cuestión de minutos o segundos. Ciertamente es un tiempo crucial para la iglesia del Señor Jesucristo. Hay muchos desafíos delante de la Viña del Señor, lo que nos lleva a creer que ya no estamos más en tiempo de vivir un cristianismo teórico, mecánico, filosófico o cosa parecida. La iglesia tiene el reto de ser sal de la tierra y luz del mundo.
Hoy, el discípulo del Señor ya no puede estar en la retaguardia de la fe sino que en la vanguardia.
Es un tiempo profético, un tiempo de la restauración de todas las cosas. Un tiempo de alabanza, adoración sin cesar. Tiempo de levantar el tabernáculo caído de David
Es un tiempo de conquista, de toma, de posesión. No es tiempo de estar escondido en las cuevas sino de estar en los lugares donde todos puedan ver que la Palabra no está escondida bajo el velador, o que no somos como una ciudad escondida sino una ciudad edificada sobre los montes.
Es el tiempo de la Gran Cosecha, done la iglesia experimentará lo que nuestras generaciones del pasado no lograron.
Pero el "gigante" no puede quedarse dormido.
Por muchos años la iglesia estuvo como dormida. Estuvo escondida en cuevas. Estuvo cerrada en tradiciones, intereses denominacionales y hasta personales.
Hoy, la iglesia ha madurado. Y como declaró el apóstol Pablo: "Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del pleno conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto..."
Tenemos que aceptar la realidad actual y en lugar de lamentos, de quejas por eso o por aquello avanzar hacia la conquista.
Que Dios bendiga a todos los conquistadores.